Los hechos ocurrieron cuando la embarcación de Salvamento Marítimo que los había rescatado en aguas del Estrecho de Gibraltar entraba en el puerto de Algeciras para desembarcar, varios de los inmigrantes que viajaban en la misma se tiraron al mar tratando de llegar a nado hasta los muelles del puerto para esconder bajos los mismos.

Dichos muelles tienen en su parte inferior unas cámaras de aire de tamaño ajustado e irregular a modo de aliviaderos para las mareas, lo cual les permite hacer las veces de rompeolas para mantener la seguridad de los buques atracados.

En su interior, los muelles presentan gravillas de hierro de gran tamaño oxidadas, con salientes irregulares y peligro de desprendimiento que dificultan el acceso. Además,  sus 50 metros de fondo horizontal hacen prácticamente nula la visibilidad en su tramo final, el cual se anega al subir la marea.

Por todo ello, el Centro Operativo de Servicios (COS) de la Comandancia de Algeciras dio aviso a una Unidad del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS), la cual se trasladó al lugar de los hechos para proceder al rescate de los inmigrantes ante el riesgo de que pudieran quedar atrapado bajo el muelle cuando subiera la marea.

Tras realizar las primeras batidas, un equipo de cuatro buceadores del GEAS localizó en el tramo final de uno de los muelles a diez personas distantes entre sí, procediendo a su rescate. Los inmigrantes fueron trasladados hasta una embarcación de la Guardia Civil que los condujo posteriormente a tierra, donde fueron atendidos por personal sanitario.